¿Cómo funciona el mercado de fichajes?

Todos los veranos cientos de jugadores suenan para el Villarreal y al finalizar sólo pocos de ellos llegan ¿Es todo mentira y los periodistas inventan cosas sólo para vender periódicos y obtener visualizaciones? No es exactamente así.

En cada fenómeno, físico o social, siempre están involucrados muchos factores y las respuestas simples no pueden enfocar realmente el problema. Pues vamos a ver lo que pasa con el runrún de los fichajes para entender mejor el mecanismo y sobre todo entender que cuando un jugador suena para el Villarreal (o para cualquier club) no es necesariamente una mentira y tampoco una negociación real. En primer lugar hay que analizar como un club profesional maneja el tema del mercado.

En el 2016 Antonio Cordón, histórico director deportivo del Villarreal durante 17 años, reveló en La Tribuna que el Villarreal en esa época tenía 5 ojeadores que controlaban todos los campeonatos en los cuales el Villarreal podría tener interés en comprar jugadores. Dos años antes, en otra interesante entrevista por “Eurosport France”, Antonio Salamanca nos explicó que en su oficina trabajaban en tres y que cada ojeador tiene contactos con personas de confianza por cada liga, que ellos siguen estos campeonatos y tienen relaciones con el club para monitorizar jugadores interesantes. Después de este informe el ojeador viaja para ver al jugador en vivo (mínimo diez veces, pero dijo que el Arsenal vio 52 encuentros de Antonio Reyes antes de comprarlo) y así se crea una base de datos de jugadores que podrían interesar al club.

Hasta aquí nada nuevo. Lo que a veces nos olvidamos es que esta labor no se da sólo buscando jugadores jóvenes, sino que hay un tipo de trabajo muy similar para los potenciales fichajes. En este caso la misma tarea con informes e intercambios de información las hacen los ojeadores mismos y los directivos. El punto lógico esencial de este razonamiento es que hay una lista de potenciales fichajes para cada posición, también si la plantilla del equipo no tiene necesidad en esta faceta. Pongamos un ejemplo:

Estas semanas se está hablando del hecho que el Villarreal tiene en la plantilla cuatro laterales izquierdos, más dos (¿o tres?) de la cantera que volverán de las cesiones. Perfecto. La secretaría técnica del Submarino Amarillo ahora mismo tiene una lista de laterales izquierdos que el Villarreal podría comprar por si acaso lo necesita. Esto suele ocurrir con todos los clubes profesionales, al menos a medio-alto nivel, para que por si en una serie de eventos inesperados, como lesiones o ventas no programadas, el club pudiera necesitar un titular en esta posición y con pocos días de mercado disponible. Cualquier profesional debe estar preparado para cada situación. Esto lo hace “profesional”. Y no puede seguir un solo jugador para cada rol, sino una lista de muchos para que pueda realizar una búsqueda y elegir el que más le conviene al club y algo que se pueda realmente concretar.

Este es el punto. Cada club de las grandes ligas europeas tiene esta base de datos de la que, si es necesario, puede extraer listas de jugadores que pueden necesitar y que algún empleado en el club está siguiendo. Además hay que añadir a esto otras circunstancias movidas por los representantes de los jugadores, es decir otros profesionales que cobran para trasladar sus clientes de un equipo a otro. Estos agentes a veces ofrecen sus jugadores a otros clubes para intentar conseguir un contrato, pero otras veces hablan con dirigentes de estos mismos jugadores para sondear y cerrar otra negociación con estrategias de comunicación que ponen presión a un club para hacerle creer que hay interés sobre su jugador. Estas podrían definirse como “mentiras”, y en fútbol como en la vida (y entonces también en el periodismo) existen, pero de vez en cuando una mentira puede hacer surgir una idea a un club o incluso a un dirigente que no se había fijado y crear un nuevo interés.

A lo que voy es lo siguiente. Si el Villarreal tiene una inmensa base de datos con jugadores, aún mejor potenciales fichajes para cada situación, en cada posición y a eso le añadimos los que los agentes quieren ofrecerle, de allí sale una larga lista de nombres. Estos rumores yo no los definiría de mentiras. La mayoría de ellos son jugadores que se encuentran virtualmente en esta base de datos o que los agentes quieren colocar, entonces hay alguna posibilidad de que de allí nazca una negociación, aunque no haya un interés concreto en ese momento. Quiero decir que los rumores no nacen de la nada (aunque a veces podría pasar, por supuesto pasa también esto) y al igual no siempre revelan negociaciones reales, sino que viven en este limbo de posibilidades.

Ahí está la inteligencia del lector para entender cuanto podría ser de real. Por ejemplo si La Gazzetta dello Sport fija que el Nápoles quiere a Pau Torres y podría ficharlo por treinta millones me hace entender que el zaguero amarillo es un deseo del Nápoles aunque no puede nacer ninguna negociación. Y no es un ejemplo inventado sino una noticia publicada hace pocas semanas. Pero si leo que el mismo Nápoles está interesado en Pedraza esto empieza a ser más razonable. No hay que creer en todo, pero tampoco echar la culpa a los periodistas si salen muchos nombres y casi ninguno fructifica. Los dirigentes mismos admiten que para hacer una buena gestión de fichajes hay que evaluar muchas alternativas y decidir dependiendo de cómo evoluciona el mercado.

Muchas veces algunas negociaciones han saltado poco antes de que se firmara el contrato. Es famoso el caso de Gilberto Silva que encontró una acuerdo con el Villarreal pero después de ganar la Copa del Mundo como titular prefirió cambiar de idea e ir al Arsenal. También Chivu estuvo en la órbita del Villarreal, pero fue ofrecido por sus agentes, los hermanos Becali, los mismos que antes habían ofrecido Iordache y después de la mala experiencia del rumano en España los dirigentes del Submarino Amarillo ya no quisieron escuchar otras propuestas. En junio 2015 el centrocampista belga Massimo Bruno fue a Miralcamp y según alguno hasta se hizo fotos con la camiseta del Villarreal para la oficialización de su fichaje, pero nunca se cerró la negociación. Esto de tomar una foto oficial antes de que se cierre el fichaje es algo que puede pasar, sobre todo si el jugador tiene algún compromiso y decide avanzar algunas formalidades antes de que se concreten los detalles finales con el club y los agentes, pero no siempre acaba bien.

Al final el mundo de los fichajes es un mundo muy complejo, como cualquier sector de la vida, y no se puede reducir a pensar que sean todo mentiras. Las respuestas sencillas suelen carecer de análisis y detrás de cada fenómeno hay mecanismos más complicados. Cada vez que leo que un jugador está cerca del Villarreal pienso que podría estar en la lista del club pero suelo esperar la evolución del mercado. No hay mentiras y verdades, hay sólo ideas y sólo algunas de estas se vuelven realidad.

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