La mala racha contra el Barcelona ya no es noticia, cada temporada se renueva y se alarga. Desde la última victoria ante los azulgranas ya han pasado once años y medio, una eternidad. Era el 9 de marzo 2008, el Submarino Amarillo corría hacia el subcampeonato y le ganaba al Barça de Rijkaard con un equipo donde lucía Santi Cazorla y un joven Bruno Soriano. Ese mismo fin de semana el PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero se confirmaba como el primer partido de España. En el mundo no existía el iPhone (sería presentado en julio) y no mucha gente usaba Facebook (tenía menos que 100 millones de usuarios, hoy son dos billones y medio) también porque estaba disponible en español sólo desde hacía un mes. La crisis económica aún se encontraba en su fase embrionaria y Estados Unidos nunca había tenido un presidente afroamericano. En el planeta fútbol el jugador más fuerte del mundo es Kakà: Cristiano Ronaldo y Messi son dos promesas que aún nunca han ganado el Balón de Oro. Aunque si el Manchester United ganará la Champions League en Rusia y la carrera de Cristiano comenzará a despegar.
Desde entonces han pasado once largos años y medio, durante los cuales el Villarreal ha empatado seis veces y perdido dieciséis contra el Barcelona. Ya no se puede hablar sólo de una mala racha sino de un complejo de inferioridad. No importa qué entretanto pasó el ciclo de Guardiola o la carrera de Messi, es decir algunas de las mejores temporada de la historia azulgrana, los números son demasiado desequilibrados. Y si el que el Villarreal pudo romper la racha en partidos menos intensos como los de Copa del Rey o por ejemplo en la jornada 36 de la temporada 2017/18 cuando el submarino luchaba por plazas europeas y el Barcelona no tenía objetivos en la Liga. También en aquella ocasión el Submarino amarillo cayó derrotado, pero no por la mínima, sino con otra goleada.
Si queremos darle contexto aquí está la lista de las 52 derrotas del Barcelona contra equipos españoles en este periodo:
11 ante el Real Madrid;
5 ante la Real Sociedad;
4 Atlético de Madrid, Sevilla, Celta de Vigo, Valencia y Athletic Club de Bilbao;
3 Betis;
2 Español, Málaga, Levante, Deportivo la Coruña, Mallorca, Osasuna, Granada;
1 Getafe, Alavés, Valladolid, Numancia, Hércules, Leganés.
Y agregémosle las dieciocho derrotas en Europa. Dos veces antes Bayern de Munich y PSG, más una ante Manchester United, Wisła Kraków, Shakhtar Donetsk, Rubin Kazan, Inter, Arsenal, Chelsea, Celtic, Milan, Ajax, Manchester City, Juventus, Roma y Liverpool. En total 70 partidos perdidos, entre los que aparecen equipos como el Numancia, el Hércules de Alicante, el Mallorca o el Wisła Kraków.
Hoy, por primera vez en la historia, el Villarreal se enfrentará al Barcelona mirándolo desde arriba en la clasificación de la Liga. Nunca había pasado antes. Ni siquiera en la temporada del subcampeonato, aunque había pasado más de una vez que jugaran teniendo los mismos puntos en la tabla. Esta vez es la mejor ocasión para interrumpir esta maldita racha: porque el Villarreal ha encontrado buenas sensaciones y por qué el Barcelona está teniendo muchos más problemas que en el pasado. Y hay que hacerlo en un estadio que hace tiempo traía buena suerte. La primera salida a este estadio en Primera División terminó con uno de los partidos más queridos de los aficionados amarillos. Y antes que el Villarreal comenzara esta racha de nueve derrotas seguidas en el mismo estadio (ocho en la Liga), es decir su peor racha en el mismo campo, había demostrado poder ganarle al Barcelona sin necesidad de conjunciones astrales. Antes de esta mala racha había ganado a los catalanes más veces de las que había caído derrotado (ocho a siete). Y aunque si la catalana es una de las comunidades más difíciles para el Submarino Amarillo (ha ganado apenas cuatro de los últimos 29 partidos allí) el último enfrentamiento terminó bien: la victoria en Girona en abril. Hay que cambiar el chip y volver a soñar. Y hay que hacerlo ahora

Director en Italia de ilsottomarinogiallo.it