El Villarreal juega este domingo un importante partido europeo
Sí, como lo leen. Este fin de semana jugamos un partido de Europa.
O eso es lo que quiero imaginar. Y explico el por qué.
Por supuesto, salvando las distancias, muchas veces nos preguntamos el idilio que tiene el Real Madrid con la Champions League, y la de veces que consigue ganar, jugando mejor o peor, pero es una competición que se le da de maravilla.
Eso es lo que nos pasa a nosotros con esa competición y por supuesto, con la Europa League, la que más veces hemos disputado y en la que tenemos un importante porcentaje de victorias y puntos cosechados.
Sin ir más lejos, me viene a la cabeza el partido del Villarreal frente al Rennes jugado hace a penas unas semanas.
Sí, ganamos de milagro, se alinearon los astros, a Reina se le bajó Mossén Guillermo, lo que sea, logramos la victoria. Y si se acuerdan, disfrutamos de un gran ambiente.
¿Qué genera esta competición en los pupilos de los jugadores y aficionados groguets? Ilusión, y que tenemos una plantilla de calidad y que ha disputado encuentros en grandes plazas, ambientes hostiles y acostumbrada a ganar.
Alguno podrá decir que este año no pasamos ni de fase de grupos o que nos eliminarán pronto. Lo que quieran, seguirá siendo la competición por excelencia del ‘Submarino’, ahí están los datos.
La pregunta es, ¿qué ocurre en la Liga? Parece que es como algo rutinario, que no nos genera tanta expectación o ilusión, o al menos es la sensación que me da.
Todos sabemos que a veces al Villarreal se le da mejor jugar contra los grandes y cuando nos toca enfrentarnos contra rivales menores se nos complican los partidos.
Yo siempre he pensado que no es solo mérito del que está enfrente, si no que nosotros tenemos gran parte de culpa de esos malos resultados. Y no es tanto un tema futbolístico, sino de coco. De salir al césped y pensar que esto lo tienes ganado porque es el “Massalfassar CF”. Ahí viene el fallo. Sales más relajado, más desconcentrado. Y nos ha pasado en temporadas buenas y malas, casi siempre.
Para mí el fútbol es mucho más que técnica, calidad de los futbolistas, este deporte es en gran medida pura psicología y el Villarreal de esta campaña, más allá de la mala preparación física de la pretemporada y demás circunstancias que todos sabemos, el estado mental le está lastrando gravemente.
Jugadores que han logrado llegar muy lejos en este club ahora de repente parece que no valen, que no están comprometidos, entre otras muchas cosas que se están diciendo en la barra de bar llamada Twitter, ahora ‘X’, la red social donde cualquiera puede soltar un comentario para darle algo de picante a esas vidas vacías que se esconden detrás algunos nombres de usuario.
Creo que todos debemos hacer un ‘reset’, repensar nuestros actos, los de la plantilla (auto expulsiones, declaraciones desafortunadas, etc.) y también los de la afición.
A mi me da vergüenza ajena escuchar silbidos de una parte de la grada y que además da la sensación de que es algo generalizado y desde estas líneas me gustaría decir que no, no sois mayoría, pero por desgracia hacéis demasiado ruido.
Sinceramente, el momento en que hacemos una pifia en el campo me asusta pero más miedo me da cuando, al ver eso, la gente silba. Porque eso se transmite a los futbolistas.
El Villarreal necesita un psicólogo, y ya les pueden poner clases de coach, sesiones de terapia a los jugadores que eso no va a funcionar si cuando salen al césped no reciben el apoyo de la gente incluso cuando no se lo merecen. El mejor psicólogo del Villarreal se llama El Madrigal.
Seguramente algunos se enfaden con estas palabras, pero parte de la afición del Submarino me recuerda a un niño que se ha criado desde la humildad y tocando la calle, que luego se ha hecho mayor, ha conseguido sacarse la carrera con matrículas de honor, tener a la pareja más guapa, ganar mucho dinero y olvidar de qué familia viene y quién era él en su momento.
Y precisamente eso es lo que más detesto de ciertos aficionados de ciertos clubes, del sur y del norte de Vila-real, y por eso no soy de esos equipos. Mi razón de ser del Villarreal es la humildad y su ejemplaridad.
Por eso es el momento de la gente que siempre hace una crítica constructiva, de la gente que está ahí pase lo que pase, que le da igual no comerse la paella y prefiere comerse 30 gradazos en las gradas del Madrigal, por ejemplo.
No solo es el momento de los jugadores, es el momento de la afición, porque señores, yo me niego a seguir así.
Me niego a revivir partidos en los que pierdes en los últimos minutos.
Me niego a revivir partidos en los que acabas expulsado por tonterías.
Me niego a revivir estar en casa pendiente de los equipos que están luchando por no descender.
Me niego a revivir desplazamientos agónicos con la presión de ver que los rivales directos han ganado.
Me niego a revivir la fatídica temporada 2011/12 o la 2018/19, en la que casi volvemos a tropezar con la misma piedra.
Me niego a revivir todo esto que he dicho anteriormente pero señores, esto también es fútbol y todo son épocas, ahora nos ha tocado vivir una mala, y es lo que hay.
Por eso, querido aficionado/a del Villarreal, es tu momento. Y quiero te imagines que el Alavés es el Chelsea, y que cuando salgan a jugar te imagines la sintonía de la Champions o la Europa League. Y que pienses en esas noches mágicas vividas en El Madrigal, en las que tumbábamos a cualquier gigante.
Porque un partido de Europa League entre un Villarreal-Alavés lo ganaríamos casi seguro. Y lo sabes.
Sea como sea, motívate para el domingo, señor/a de la sangre de horchata.
El justiciero amarillo