Hoy conocemos en información oficial directa desde el club que el Villarreal CF lo ha vuelto a hacer, ha superado los 20.000 abonados, cifra que no alcanzaba desde el verano de 2008, en el que acababa de conseguir el subcampeonato liguero y se preparaba para jugar la Champions League por segunda vez en su historia.
Esta vez el submarino no va a jugar Champions y tampoco lo va a hacer en el Madrigal (Cerámica) hasta finales de diciembre porque, como todos conocen, el recinto se encuentra en obras. La respuesta ha sido impresionante, tanto en el punto de venta de Vila-real (la ciudad aporta más de 12.000 abonados), con históricas e interminables esperas de más de 14 horas, como en el de Castellón , donde la aglomeración de aficionados, para envidia e impotencia de algunos personajes como el concejal Omar Braina, fue de varios centenares de groguets de la capital, donde el submarino mantiene también una masa social fuerte, fiel y consolidada. La cosa no acaba ahí, la masa social amarilla y el sentimiento por el Villarreal se extiende por toda la provincia y supera incluso sus límites.
Listas de espera
El submarino está a punto de agotar por completo todos sus abonos disponibles, la cifra tope se ha situado en 20.500, ya que el aforo -más de 23.000- tiene reservados algo más de 2.000 asientos para la zona visitante y el resto irá para compromisos UEFA y patrocinadores, no caben más. Por ello el club empezará a inscribir aficionados en listas de espera, para que puedan acceder en un futuro a una butaca en el coliseo de El Madrigal, sin duda un bien muy preciado al que ya se puede decir que no puede tener acceso cualquiera.
La ciudad de Vila-real tiene 51.000 habitantes censados, la provincia de Castellón cerca de 600.000, lo que arrastra el Villarreal CF por estos lares es sencillamente impresionante.
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