Que no nos den por muertos. Hay un halo de ” frotamiento de manos y de caida de babas ” de los que nos quieren mal con la hipotética posibilidad que nuestro presidente se esté cansando.
Todos los que conocemos a fondo la idiosincrasia del Villarreal desde bastante tiempo antes de cruzar esta era gloriosa, estamos muy tranquilos. El presidente tiene el espíritu cerebral de gran empresario y el alma pasional de gran hombre de futbol. Está preparando el club estructuralmente, dos grandes ciudades deportivas, un gran estadio majestuoso, gran cantera, como que en el hipotético caso de la venta de Yeremy Pino en diciembre ya hay varios “Yeremys ” esperando como Fores, Jorge Pascual, Ferrari o Illias.
El enfado de Roig es muy razonable y razonado y busca mover el árbol. Unir a la gran masa social que él ha creado, criado y ha hecho crecer. Silbar al equipo es de club grande, pero no de club especial y nosotros somos en el mejor sentido expresivo especiales. Y aunque es de relativo derecho, es de despectivo hecho si se presume de sentimiento amarillo.
El domingo tenemos que hacer uno de nuestros históricos recibimientos al bus y reventarnos la garganta animando. Como en nuestros otros cruciales momentos, porque esta vez también lo es. Y en fútbol hay una medicina supinamente curativa, ganar. Y como decía al comienzo de este texto y como decía el gran Chicho Ibáñez Serrador, con el Un, dos, tres al final de cada temporada que siempre parecía la clausura, con la Ruperta: no cierren muy fuerte la caja por si acaso.
Los mas de 20.000 abonadas y abonados, debemos empujar contra el Alavés, como si no hubieran mas amaneceres, en un mundo en guerras y de problemas diarios, nuestra válvula de salvación es nuestro amado Villarreal. Y lo tenemos que hinchar nosotros. ¡¡¡Vamooooooosss afición carajoooooo, vamooooooos equipo carajoooooo!!! Y recordemos, a las cuatro de la tarde el domingo ¡¡¡toda la hinchada a recibir al bus!!!!!
Aficionado incondicional del Villarreal CF desde Tercera hasta Primera División.
