La fiesta del 98 (ascenso a primera del Villarreal)

En la plaza fue donde de verdad se dispararon las emociones, con dos speakers de lujo: Raúl Puchol y Pepe Chiva, los dos se encargaron de amenizar y calentar a una afición sedienta de fiesta y entregada a sus colores

El lunes era solo la continuidad del domingo para muchos que apenas dormimos unas cuantas horas, al despertar la prensa nos mostraba que no habia sido un sueño, que era real, el ascenso a primera del Villarreal era de verdad. En la televisión, en cualquier canal en los tiempos de noticias deportivas el Villarreal era noticia casi obligada, era el momento de revivir las emociones del dia anterior y empezar a calentar para lo que quedaba por la noche, una tarde-noche que volvería a ser mágica, Vila-real entera se echó a las calles para vitorear y saludar a sus jugadores, a sus héroes, a los campeones que habían hecho posible el sueño.

La plantilla del Villarreal con la cúpula directiva al frente se paseó por las calles de la Vila con descapotables de lujo para sorpresa de todos y con las cabezas teñidas de colores. La primera parada por supuesto la Virgen de Gracia, luego llegaría el primer contacto con la Vila en su visita al patrón de la ciudad, a la basílica de San Pascual Baylón, allí se podían contar por miles los seguidores que se acercaron… luego a la plaza, caminar por el centro de Vila-real era imposible, el trayecto de San Pascual a la plaza era intransitable, era una marea de aficionados vestidos de amarillo, la calle mayor, la cova santa…era casi misión imposible.

En la plaza fue donde de verdad se dispararon las emociones, con dos speakers de lujo: Raúl Puchol y Pepe Chiva, los dos se encargaron de amenizar y calentar a una afición sedienta de fiesta y entregada a sus colores, hubo vítores a San Pascual, al Villarreal a San Palop… leyeron las tan irónicas pancartas que ondeaban en la plaza “tiembla Van Gaal que llega el Villarreal” y “Gil olvida la Champions League…”

Pero el primer momento especial llegó cuando Raúl Puchol apareció en el palco con una camiseta del Villarreal y preguntaba “ací falta algo, no? La camiseta del Villarreal beneida per San Pascual i damunt es la de Alberto que vos la dedica per a tots vosatros…” La afición respondió con aquel cántico que se hizo famoso “¡¡Alberto te queremos, Alberto quedate!!” Pero quizás el momento más especial y emotivo fue cuando Raúl Puchol volvió a cantar el gol de San Lázaro “En San Lázaro ocho minutos de juego de la primera parte, saque de esquina para el Villarreal, se va botar a la izquierda de la portero Rafa, la va a tocar Alberto en corto para Iñaki, Iñaki se la va a devolver a Alberto, tira al área y…¡¡¡¡¡¡¡ gooooooooooooooooooooooooooooooooool!!!!!!!!!”

Toda plaza fue un clamor, toda la afición fue un grito conjunto que seguiría el “campeones campeones” y como no el famoso submarino amarillo. Mientras en la plaza se cantaba y se disfrutaba, las sirenas de la policía en la lejanía daban a entender que el Villarreal ya estaba cerca y que la plaza podía venirse abajo en cualquier momento, los jugadores hicieron su entrada y la afición amarilla les recibió con el “Som, som, som, de Primera Divisió!” Los jugadores no tardarían en asomarse al balcón del ayuntamiento, allí todos se dirigieron a la afición.

El momento más emotivo de la noche fue cuando Fernando Roig hacia acto de presencia acompañado de Pascual Font de Mora, la plaza del ayuntamiento fue una sola voz coreando y homenajeando al “Kaiser” que visiblemente muy emocionado apenas pudo articular palabra frente a los micros, era el reconocimiento a tantos y tantos años intentando lo que por fin se había logrado, el ascenso era también un pedazo de éxito suyo. Los que si articularon palabra fueron los jugadores, Arroyo nos citó a todos en Europa, Robert nos recordó que éramos de Primera, Javi Sanchis explicó que le habían dicho al alcalde que pusieran un cartel en la entrada de Vila-real que dijera “Vila-real capital de la provincia” el de Foyos incluso se atrevió a cantar una canción de Bad Morrison para terminar entonando el “yellow submarine”, Arregui nos enseñó aquello que decía “al equipo amarillo no hay quien le gane, porque tiene unos huevos así de grandes…” Las notas de humor las pondrían Pascual Donat, que tenia vergüenza de salir y el entrenador José Antonio Irulegui que se puso tan nervioso que al despedirse soltó un “Visca Vila-real, visca el CD Villarreal…ale paso al siguiente” un crack el vasco.

Así, poco a poco, fue cayendo la noche en Vila-real, un castillo de fuegos artificiales pondría el broche a la fiesta amarilla en la resaca del partido mas dulce, del partido mas histórico. El 25 de mayo pasó al igual que pasó el 24, pero para la afición amarilla esos dos días siempre estarán presentes en nuestros corazones, porque esos dos días tocamos el cielo con las manos, nos sentimos las personas mas felices del mundo, hoy años después escuchando los montajes de audios en los que he inspirado estas líneas, creanme si les digo que aún se me pone la piel de gallina y un nudo en la garganta al revivir aquellos momentos, al revivir lo que para mi ha sido, es y será la noche mas bonita de mi vida.

Jorge Candel

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