La temporada del Villarreal está yendo por debajo de las expectativas, no se puede negar. No es mala en sí, ya que el Submarino Amarillo ocupa la quinta plaza y tiene buenas opciones de seguir en Europa el próximo año. Pero después de una temporada terminada muy bien y de un verano lleno de fichajes muy interesantes, todos esperábamos el saltito de calidad que no ha llegado. La semana recién acabada ha llevado un empate muy amargo ante la Real Sociedad en el minuto 93, una decepcionante eliminación en Copa ante el Levante en el minuto 121 y una remontada encajada por penúltimo en la tabla.
En Liga ya son cuatro los empates consecutivos: el Villarreal acaba de igualar su racha de empates más larga en Primera División. Sólo le había pasado en su primer año, en la 1998/99 (entre la jornada 24 y la 27) y hace pocos meses, cuando enlazó un punto por partido ante Real Madrid, Real Sociedad, Elche y Betis en la primera vuelta. Con seis partidos por jugar ya son doce los empates en la Liga. Su registro más amplio son quince, pasó en la 2005/06 y hasta pudo alcanzar la zona europea.
Si hablamos de números el “punto a punto” es un bagaje bajo. Este Villarreal es muy difícil que pierda, pero le cuesta demasiado ganar y enlazar puntos para seguir el grupo de los que ocupan las primeras cuatro plazas, las que valen la Champions League. Se le había pedido a Unai Emery el saltito que no pudo Calleja pero no lo está haciendo mejor. Necesita tiempo, esto es cierto. Su problema es que la expectativa era conseguir ya lo que casi nadie pudo hacer en mucho tiempo. Clasificarse para la Copa de Europa en el primer intento es algo que no pudo hacer ni Pellegrini ni Marcelino, aunque hay que decir que esta plantilla ya está preparada para conseguirlo y las de sus predecesoras no lo estaban. Emery debe encontrar la química correcta.
Pero su mayor obstáculo, hasta ahora, han sido las lesiones. Es un factor esencial para poner contexto a su labor y no se puede evitar. Podemos hablar de lo poco que funcionan los mecanismos ofensivos, pero si Paco Alcácer y Gerard Moreno han jugado juntos sólo 45 minutos en este 2021 (y en este tramo el Submarino corría muy bien) no es culpa de Emery. Se puede contestar lo malo que está haciendo la defensa pero la pareja Albiol-Pau Torres no es la única responsable de lo que ocurre allí. Un equipo está formado por once jugadores y en la cabeza del entrenador cada tipo de juego necesita sus propios jugadores y sus propios movimientos . Si sigues sin poder utilizar a Iborra, con Coquelin que no logra encontrar una continuidad y Capoue que se lesiona cuando más lo necesitas, la pareja defensiva está obligada a adaptarse a nuevos mecanismos.
Hay que considerar que en la idea de Emery Iborra debía ser el hombre capaz de proteger la defensa y construir el juego, y no está . El lateral izquierdo debía ser Alberto Moreno, ya que Pedraza en la pretemporada sería una opción más como interior y ahora está volviendo a aprender cómo defender. La falta de Mario Gaspar es otro factor. El capitán amarillo que ha sido muy cuestionado en los últimos años, en la primera vuelta ha demostrado tener una fuerza mental y un carácter que ni Rubén Peña ni otros jugadores adaptados pueden compensar.
Hablando de lesiones, los números son bastante altos. Considerando cualquier ausencia de un jugador amarillo que ha tenido que perderse un partido (entonces incluye la ausencia de Jaume Costa por la cuarentena cautelativa), hasta ahora se contabilizan 29 infortunios (esperando noticias de Coquelin y Gerard Moreno). Para hacer una comparación: en toda la temporada pasada fueron sólo veintidós. Y la anterior treinta. Son números que se podrían incrementar aún y establecer un nuevo registro histórico. Y entre estas ausencias hay dos lesiones de larga duración de dos titulares, algo que influye mucho y que tampoco se pueda achacar al personal sanitario, ya que se trata de lesiones contusivas y no musculares.
Hay que decir que las lesiones musculares han sido muchísimas: ya se cuentan veinte. Mucho más que toda la temporada pasada, cuando fueron sólo trece, o la 2019/20, cuando fueron diecinueve en todo el año. Pero hablar de responsabilidad es un tema que quiere una disertación muy amplia y profunda. No hay espacio. Si queremos hablar de lo que está haciendo Unai Emery -dado que el entrenador siempre es considerado el máximo responsable- la clasificación sigue siendo bastante buena y con la plantilla al completo podría hacer mucho más.
La serie de empates es frustrante; ni la afición y ni siquiera el propio Emery debería estar satisfecho de lo que está pasando. El Villarreal puede y debe hacer mucho más. Aunque suene absurdo sería mejor transformar los empates en más derrotas y más victorias. No se puede arruinar un partido que ibas ganando con dos goles de ventaja ante el penúltimo de la tabla, que no consigue ganar desde noviembre. Hay que trabajar, y mucho, y hay que hacerlo ya. Nadie debería estar satisfecho con esta situación. No tanto por la quinta plaza en la tabla, sino porque los equipos se juzgan por su potencial y esta plantilla puede conseguir mucho más.
Las lesiones están influyendo muchísimo pero no pueden y no deben ser una justificación. El Villarreal ha marcado veinte goles en los primeros tiempos y sólo once en los segundos. Es decir que sabe entrar en la cancha y enfrentar el rival, pero pierde concentración y seguridad en el segundo tiempo. Sólo en la temporada 2003/04 tuvo una desproporción tan alta entre primer y segundo tiempo en goles marcados. Que no se diga que el Villarreal tiene miedo al tramo final, algo que había pasado con Calleja por mucho tiempo, ya que en esta Liga sólo ha encajado un solo gol en el último cuarto de hora de los encuentros (el de Isak ante la Real Sociedad). Hay cosas buenas y malas, y hay que empezar a trabajar otra vez a partir de todo esto.

Director en Italia de ilsottomarinogiallo.it